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martes, 14 de abril de 2015

LOS MUNDOS DE YUPI (1988-1991)

Cuando uno echa la vista atrás e intenta recordar acontecimientos del pasado que marcaron su infancia, en ocasiones es inevitable dudar sobre alguno en concreto  y sin saber muy bien el porqué, aún hoy nos preguntamos si fue real o imaginario. O simplemente, por el motivo que sea, nuestro subconsciente quiere, directamente, borrarlo  de la mente. Tal es el caso de mi experiencia con la serie Los mundos de Yupi.
Por un lado, hubiera preferido no haberla descubierto  nunca, pero por otro, he de admitir que para bien o para mal, ya forma parte de la historia   de la televisión  más casposa de 
los años 80, y por ende, se la debe recordar con cariño, que no con respeto.

Sí, amigos,  Los mundos de Yupi fue real. Tan real incluso que todavía hoy se sigue empleando su título como coletilla popular. Increíble. “Vives en los mundos de Yupi”, es decir, vives en un mundo irreal, en donde no hay cabida para la maldad o el sufrimiento. Todo es bello a tu alrededor y flotas en una dulce atmósfera, como si te hubieras fumado un porro. Permaneces ajeno a  cualquier tipo de realidad, aun mostrada claramente ante tus ojos. Estás en la parra, vamos.


Poco más o menos es lo que les pasaba a los personajes de esta especie de copia del todo
a cien de Barrio Sésamo.  Los mundos de Yupi comenzó a emitirse el 18 de abril de 1988, sustituyendo en franja horaria a su predecesora ,  pero en su intento de alcanzar la misma fama que aquella, no solo se estrelló en picado, al igual que la nave pilotada por el tal Yupi y su acompañante Astrako  ( imitaciones de Espinete y Don Pimpón),  sino que además, consiguió traumatizar a toda una generación de ingenuos niños, entre los que se encontraba una servidora.  

La historia no tenía complicación alguna. En la primera temporada, Yupi y Astrako , dos extraterrestres procedentes  del planeta Tacatón, se ven obligados a aterrizar con su nave espacial en algún recóndito barrio de alguna recóndita localidad de La tierra. Su misión es simple: buscar “gasolina” para regresar a casa. Al igual que a los terrícolas, tendrían que haberles advertido en la "navescuela" que nunca hay que dejar el depósito en reserva… 
En la segunda temporada, y gracias a la ayuda de los vecinos del barrio,  al robot  P-Goto  y al hada Anube, consiguen alzar el vuelo y viajar todos cual familia feliz perdidos por el espacio, desarrollándose gran parte de sus aventuras dentro de la nave y en otro planeta desconocido. 
De la tercera temporada apenas recuerdo nada y francamente, tampoco me apetece seguir indagando en el tema. 

Por suerte, y a pesar de que la serie fue emitida durante tres largos años (hasta marzo de 1991), no tuvo reposición alguna por televisión española , con lo que afortunadamente, no volvió a verse nunca más, al menos, eso creo yo, o quiero creer... Alberto Fernández Peláez, eso de que la emitieron varias veces durante los años 90  creo sinceramente que lo has soñado, ¿eh?...  :P 

Ante tal rechazo hacia este sufrido recuerdo infantil , os preguntaréis por qué le hago un hueco en esta mi humilde selección de hechos interesantes acontecidos en 1988. Muy sencillo. Primero porque mi infancia es sagrada y le tengo mucho cariño, y segundo, porque ya que he desenterrado del olvido  ciertas lagunas de aguas turbulentas, quiero que me acompañéis en el sentimiento y nadéis en ellas conmigo. 

Y por si mis palabras no os han traído los suficientes recuerdos, aquí os dejo la intro, sacada del maravilloso mundo de YouTube y, a continuación, creo que hasta hay algún capítulo. ¡Que lo disfrutéis!




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